Evola reputaba a Rosenberg como pensador de segunda categoría, seguramente con acierto, de la misma forma que Rosenberg y los NS consideramos a Evola como un luchador de segunda categoría frente a Rosenberg.
Supongo que se reconoce que a Rosenbeg lo asesinaron no por escribir un libro de razas, sino por haber luchado fiel y conscientemente por el NS político con cargos concretos en el Frente del Este. Rosenberg era un intelectual luchador, no un utopista de salón.
Gunther, seguramente más o tan radical en sus teorías como Rosenberg, no sufrió problemas graves en 1945, pese a mantenerse fiel al NS, pero es que Gunther nunca asumió acción política real en el gran combate de los siglos.
Para entender el éxito actual de los pensamientos metapolíticos y metafísicos es preciso conocer también al ser humano, y los textos de Pareto para ello ayudan mucho. La gente se inclina fácilmente por pensar aquello que le es más cómodo a su deseo.
En un mundo como el actual, donde la lucha real política y directa es peligrosa, sin éxito ni esperanza a corto y medio plazo, es muy fácil ver como muchísimos ‘camaradas’ se inclinan por una intelectualidad de salón metafísica, cómoda, tranquila, que cultiva los glúteos traseros, en vez de perder tiempo, libertad y esfuerzos en una lucha de acción.
He visto tantos casos de esa comodidad que lleva luego a teorizar sobre lo ‘negativo de la acción’ mediante metafísicas varias, para justificar la comodidad y la cobardía propia.
La metapolítica ha sido el refugio de intelectuales incapaces de ser Rosenberg, de llevar ‘la pistola en el cinto’, de luchar en primera línea, de ser activistas. Hace poco salió un gran artículo sobre la superación de la Metapolítica, en el número 9 de la revista ‘Tierra y Pueblo’ que debería ser leida por todos esos teóricos de salón.
Creo en ese sentido Hitler fue clarísimo: Toda idea que no sea un escudo para un grupo de personas capaces de luchar para convertirla en una realidad es solo una pérdida de tiempo. O bien aquello de que si alguien no lucha por sus ideas, o él o sus ideas no valen nada.
Tras 40 años de lucha admiro de corazón a muchos camaradas que sin dinero, con graves problemas de trabajo y familia, bajo condiciones durísimas, sin grandes conocimientos teóricos, sacrifican tiempo y esfuerzos enormes en pequeñas acciones, reuniones, locales, charlas, tratando de convencer y difundir nuestra lucha. Sin esperanza pero con sacrificio enorme son la expresión pura del Ideal y de lo ‘espiritual’, mientras tantos otros cargados de libros y teorías, sirven solo para calentar sus sillones y hacerse ver en escritos que ellos no serán jamás capaces de llevar a la gente mediante su sacrificio personal.
La Raza de los Héroes no está en un espíritu metafísico extraño a la realidad sino en llevar a la realidad nuestro Ideal realista y natural.
Por R.B.
Supongo que se reconoce que a Rosenbeg lo asesinaron no por escribir un libro de razas, sino por haber luchado fiel y conscientemente por el NS político con cargos concretos en el Frente del Este. Rosenberg era un intelectual luchador, no un utopista de salón.
Gunther, seguramente más o tan radical en sus teorías como Rosenberg, no sufrió problemas graves en 1945, pese a mantenerse fiel al NS, pero es que Gunther nunca asumió acción política real en el gran combate de los siglos.
Para entender el éxito actual de los pensamientos metapolíticos y metafísicos es preciso conocer también al ser humano, y los textos de Pareto para ello ayudan mucho. La gente se inclina fácilmente por pensar aquello que le es más cómodo a su deseo.
En un mundo como el actual, donde la lucha real política y directa es peligrosa, sin éxito ni esperanza a corto y medio plazo, es muy fácil ver como muchísimos ‘camaradas’ se inclinan por una intelectualidad de salón metafísica, cómoda, tranquila, que cultiva los glúteos traseros, en vez de perder tiempo, libertad y esfuerzos en una lucha de acción.
He visto tantos casos de esa comodidad que lleva luego a teorizar sobre lo ‘negativo de la acción’ mediante metafísicas varias, para justificar la comodidad y la cobardía propia.
La metapolítica ha sido el refugio de intelectuales incapaces de ser Rosenberg, de llevar ‘la pistola en el cinto’, de luchar en primera línea, de ser activistas. Hace poco salió un gran artículo sobre la superación de la Metapolítica, en el número 9 de la revista ‘Tierra y Pueblo’ que debería ser leida por todos esos teóricos de salón.
Creo en ese sentido Hitler fue clarísimo: Toda idea que no sea un escudo para un grupo de personas capaces de luchar para convertirla en una realidad es solo una pérdida de tiempo. O bien aquello de que si alguien no lucha por sus ideas, o él o sus ideas no valen nada.
Tras 40 años de lucha admiro de corazón a muchos camaradas que sin dinero, con graves problemas de trabajo y familia, bajo condiciones durísimas, sin grandes conocimientos teóricos, sacrifican tiempo y esfuerzos enormes en pequeñas acciones, reuniones, locales, charlas, tratando de convencer y difundir nuestra lucha. Sin esperanza pero con sacrificio enorme son la expresión pura del Ideal y de lo ‘espiritual’, mientras tantos otros cargados de libros y teorías, sirven solo para calentar sus sillones y hacerse ver en escritos que ellos no serán jamás capaces de llevar a la gente mediante su sacrificio personal.
La Raza de los Héroes no está en un espíritu metafísico extraño a la realidad sino en llevar a la realidad nuestro Ideal realista y natural.
Por R.B.