Queremos manifestar nuestra total solidaridad y apoyo a quienes haciendo gala de la libertad de expresión, sufren persecución y acoso.
No estamos vinculados directamente a ningún partido o movimiento político actual, pero allí donde alguien alce la voz en defensa de principios o ideas que defendemos, allí mostraremos nuestro apoyo desinteresado y enérgico.
Y como no, hacemos nuestra la lucha por la libertad de expresión y de edición que tanto quita el sueño a los dictadores mediáticos y los fabricantes de opinión.
No podemos permanecer callados mientras se atropella de esta manera a personas de la valía de J.A. Llopart. Quién aún no compartiendo muchas veces el 100% de aquello que ha editado, no le han dolido prendas en imprimir tantos textos nacionalrevolucionarios, nacionalsocialistas y fascistas en general.
Por tu trayectoria en la lucha, por tus años de entrega y dedicación a un ideal. Por tu compromiso con la verdad y tu valentía al afrontar las repercusiones. Solo podemos que hacer nuestra tu condena, y mostrarte nuestro modesto pero sincero apoyo.
Plasmamos a continuación un artículo de J.A. Llopart sobre la condena recibida de los mamporreros del sistema:
CONDENADO SI, CULPABLE EN ABSOLUTO
Mientras no escriba sobre el
gobierno, la religión, la política, y otras instituciones,
soy libre de escribir cualquier cosa.
Pierre Augustin Beaumarchais
gobierno, la religión, la política, y otras instituciones,
soy libre de escribir cualquier cosa.
Pierre Augustin Beaumarchais
Cuando la Justicia dicta sentencias primando lo políticamente correcto; cuando la Justicia condena bajo el dictado de una ideología concreta, deja de ser Justicia para convertirse en farsa y en insulto.
Efectivamente, yo me siento insultado por unos jueces que, adornados con togas que deberían de ser ejemplo de imparcialidad, honradez y justicia, han preferido emular a la justicia ejercida en las checas y en el GULAG. Sí, digo bien, a la justicia ejercida en las checas y en el GULAG, una (in)justicia ideológica que solo pretende eliminar al opositor, al disidente y al enemigo político.
Hemos sido juzgados con la presencia de los bufones y con la de los títeres; con las hienas y con los buitres como espectadores. La jauría carroñera ha aplaudido y ha enloquecido de júbilo, han chillado y han gritado como en los antiguos circos romanos. Solo les faltaba, como en las checas y en el GULAG pegarnos la ritual paliza y darnos el tiro en la nuca. Para esta justicia política que se llena la boca de libertad y de democracia, solo somos unos “fascistas” sin derechos ni voz.
Hemos sido objeto de la burla periodística. Hemos leído los artículos de los periodistas de turno, donde la imaginación del peón “juntaletras” al servicio de la línea editorial ha desembocado en un perfecto guión para ser comprado por el inefable Santiago Segura. Hemos recordado, estos días, como la policía política de la comunidad autónoma catalana actuaba como en las peores películas policíacas de serie B, tan solo les faltó colocar pruebas falsas y aplicar la ley de fugas. Quizás habría sido excesivo para un estado llamado democrático, por lo que se limitaron a utilizar el photoshop para presentar pruebas y así justificar su peliculera bufonada contra ENR a la que titularon “operación reich” al más puro estilo de las lamentables historietas de hessa.
Pero no, no hay que lamentarse, no hay que bajar la cabeza ni sentirse culpable de nada: Se es inocente.
En efecto, soy -somos- inocente de todos los cargos por los que he sido condenado. Soy inocente porque se han manipulado los hechos; soy inocente porque se han ignorado las pruebas y argumentos de la defensa; soy inocente porque yo acepto a un Tribunal justo e imparcial, pero jamás aceptaré el veredicto de unos jueces chequistas ante los cuales te sientas ya condenado.
Por ello, quiero agradecer, al margen de todas mis diferencias ideológicas con ellos, y al margen de ser dos causas distintas, la valentía y la integridad de mis compañeros de banquillo, a Ramón, a Oscar y a Carlos porque han demostrado que el Honor y la Fidelidad ni se juzgan ni se venden.
Por ello, quiero agradecer, también, a todos los que habéis manifestado vuestro apoyo y solidaridad con Ediciones Nueva República, a todos sin distinción, a todos los que lo habéis hecho en páginas de Internet, a los que lo habéis hecho en mi blog, a los que me habéis llamado por teléfono; a todos los que impulsáis iniciativas de solidaridad, a todos los que habéis defendido públicamente la labor de ENR, a todos vosotros, gracias, escuetamente gracias, porque la condena a ENR es una condena a todos, nos solo a ENR, es una condena a nuestros ideales, a nuestros Valores a nuestros muertos… es una condena de odio, es una condena más de sus checas y su GULAG. Es su condena, pero es nuestra inocencia y nuestra libertad. Libertad, porque somos libres y no nos vendemos por sucias monedas o prebendas; inocentes porque las palabras son libres y nuestras palabras están llenas de anhelos de Justicia y Libertad.
Mientras nuestras convicciones sean firmes, mientras nuestro ideal siga en pie, siempre habrá un proyecto, siempre habrá unas Ediciones Nueva República.
Juan Antonio Llopart Senent
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