"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."


- ARTICULO 19. Declaración universal de los derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 en París

lunes, 24 de agosto de 2009

EUROPA "Pequeño léxico del militante europeo"

EUROPA

Tierra sobre la que habita nuestro pueblo, Europa es nuestra patria, es decir, el suelo, el espacio de nuestro enraizamiento, la entidad de la que nosotros hacemos un sujeto de la historia y la cultura que nosotros defendemos y proseguimos. Europa es el valor central de nuestra concepción del mundo.
Hoy, en un mundo globalizado, Europa puede tomar consciencia de su unidad, el cosmopolitismo occidental, así como la evolución actual del cristianismo la liberan del "occidente cristiano" y le permiten reconocerse en una cultura indoeuropea común, su memoria fundadora más profunda. Las divisiones políticas y económicas de Europa no son un impedimento sino una dificultad, una amenaza y un desafío que es preciso utilizar para esta toma de consciencia y de identidad. Una regeneración, una "nueva fundación" de Europa como acontecimiento histórico comienza por la definición de una concepción del mundo común, cosa en la que nosotros nos hallamos empeñados más allá de toda empresa política.
Europa tiene hoy un interés común con los pueblos del sur enfrentados también a la civilización occidental. El enemigo de Europa es el sistema que realiza su juego (el de los Estados Unidos) colonizándola y dividiéndola para debilitar el poder que constituye virtualmente. Toda empresa que permita la constitución de Europa en un bloque autocentrado tiene nuestro favor. En este sentido formulamos cuatro proposiciones susceptibles de guiar a una reflexión sobre el problema europeo:
  1. El estado-nación mata toda evolución hacia una unidad europea de tipo imperial. No se puede construir nuestra unidad sino oponiéndose de forma clara y radical a las estructuras liberal-jacobinas. El estado-nación favorece nuestra división y por lo tanto nuestra posición de inferioridad. Frente a la superpotencia es indispensable realizar nuestra unidad garante de nuestra independencia.
  2. Europa será Imperial o no será. El Imperio es la forma y la esencia de nuestro devenir histórico. Este concepto es a la vez espiritual y orgánico. Asegura la necesaria cohesión para nuestra defensa, representa un frente unido en nuestras relaciones internacionales. Como concepto orgánico, el Imperio respeta las identidades de las cuales se compone Europa simbolizando a la vez su especificidad universal.
  3. El Imperio es un compuesto de "regiones étnicas" que, a su nivel, son elementos esenciales de su existencia. En esta óptica los "jóvenes nacionalismos" europeos son movimientos positivos ya que dan a cada pueblo de Europa el sentido de su enraizamiento, de sus raices culturales. Esas luchas tal y como son llevadas a cabo por irlandeses, vascos, corsos, bretones, croatas, etc. son tentativas históricas de destrucción de los tejidos del sistema occidental. Conjugados con una ideología imperial europea son las vanguardias de nuestra unidad.
  4. El Imperio europeo será el marco histórico de los pueblos regiones o regiones étnicas cuyos contornos se dibujan hoy. Conviene que los partidarios de este proyecto altamente tradicional sean conscientes de la estrategia a seguir.

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